Ejercitar el cerebro para tener una mayor regulación emocional y así poder conectarnos mejor con los demás, pero sobre todo con nosotras mismas, es uno de los propósitos del mindfulness. El principal, como ya sabés, es desarrollar la atención plena en el momento presente como si tu vida dependiera de ello.
¿Pero cómo lo hacemos? A través de técnicas informales, aquellas que te llevan a concentrarte en un punto de atención mientras realizás tareas cotidianas, o bien a no hacer nada, poniendo al cuerpo-mente-alma en stand by.
Cualquiera sea el método, llegarán pensamientos en forma instantánea, y así como aparecen se desvanecen, pero sin duda dejarán hilos de conexión con vos misma que van a hacerte sentir mucho mejor.
¿Te animás a ponerlas en práctica?